Pablo Mateos ‘Crispín’ (Madrid, 1968) es un artista pop y uno de los primeros de España en contar con una web de arte (www.crispinpop.es), inaugurada en 1999, y que ha superado el millón de visitas.
Ha participado dos veces en la feria internacional de arte contemporáneo Arco (estands del Ayuntamiento de Alcorcón y de ‘El País’) y ahora prepara su tercer libro ‘Un tiktoker en Nueva York’ que presentará en la Feria del Libro de Madrid 2023. También ha ganado los certámenes municipales para diseñar los carteles de las fiestas patronales y del 8-M en Alcorcón.
P-Su primera exposición fue hace 30 años en la Casa de la Mujer.
R-Y vino a grabarla La 1 de RTVE. Era cuando empezaban las reivindicaciones a favor de la mujer. Entonces presenté una muestra de arte pop en la mujer con Marilyn, Las Meninas, la enana Mari Bárbola, Isabel de Velasco, Nicolasito Pertusato y el perro León; además de otras figuras vinculadas a todas las publicidades que ha habido en torno a la mujer. Tuvo mucha repercusión.
P-¿Va a celebrar sus tres décadas de carrera artística?
R-Me gustaría que en Alcorcón cambiaran las cosas en cuanto a la gestión de la cultura. La gente tiene ganas de que haya un cambio de calidad.
P-¿No hay actividad cultural?
R-Muy poca, escasa o ninguna, lamentablemente.
P-La primera vez que fue a Arco fue gracias al exalcalde Cascallana.
R-Sí, fui al estand del Ayuntamiento, gracias al entonces concejal de Cultura, Marcelino García. No se me olvidará nunca porque me lo comunicaron un 14 de diciembre, el día del cumpleaños de mi hermano. Después estuve en el estand de ‘El País’. Y este año iba a repetir con mi galería, pero lo ha dedicado solo a mujeres.
P-¿Es complicado hacerse un hueco en el mundo del arte?
R- Al final solo promociono si me promocionan. Me he vuelto egoísta. Llámalo business si quieres. Me muevo mucho por redes sociales. Tenemos ya cerca de 80.000 visualizaciones en el canal de youtube de Hermanos Pollo y 4.000 suscriptores. Además de un millón de visitas en la web www.crispinpop.com, una de las primeras que hubo de cultura en España, activa desde hace 24 años.
P-Su trabajo es otro, es funcionario.
R-Tengo una oposición en asuntos sociales. Pero he encontrado este plan b; esta vía de escape en la creación. Si no tuviera este espacio y esta actividad creativa, creo que me habría vuelto loco. Esta es la ‘Nacional Crispín’ de vía de escape; en mi estudio me evado; sirve para desconectar, como dicen ahora los millennial (nosotros somos boomer).
P-¿Qué propone para incentivar la cultura local?
R-Si tuviera un vínculo con el Ayuntamiento, tendría una especie de superficie muy trabajada, donde organizaría ciclos culturales con mis contactos, desde streamers hasta exposiciones sobre los 50 años de Star Wars. A editores, gente la música, actores, Dj’s y creadores del mundo anime los traería al Buero Vallejo que el pobrecito está como está. Organizaría jornadas gamers, cosplay y novela negra. Y habilitaría una sala para emitir en directo.
P-Más medidas…
R-La cultura en Alcorcón necesita un salto de calidad. Es un nido de artistas.
P-¿Se trabajaba mejor en los años 90? ¿Había más temas, más arte pop?
R-En el pop art tenemos referentes muy interesantes como Eduardo Úrculo o el Equipo Crónica. La evolución ha llegado a través de las redes sociales y los trabajos online. Hubo una cosa muy importante que hizo la Comunidad de Madrid que fue la Red de Arte Joven. Tuve la suerte de estar en el certamen nacional de jóvenes creadores y de ser seleccionado por la Real Academia de Arte de San Fernando donde estuvieron Zurbarán, Goya, Velázquez… Pero esa red te abandona a los 30 años… y luego te encuentras con un vacío de apoyo cultural.
P-El pop art o arte pop a veces es tenido por una disciplina menor.
R-Es un poco como el estado de ánimo. Cuando te sientes feliz y alegre, eres jovial y joven, y crear con alegría. No es como Goya en la Quinta del Sordo cuando estaba deprimido y hacía cosas oscuras y siniestras.
P-El artista evoluciona, ¿se ve haciendo algo distinto?
R-Ahora subo a TikTok desarrollos de lego con time lapse desde cero hasta el arte final. Star Wars, Frodo, muñecos de guerra, muñecos de preescolar… y veo como evoluciona. Es un arte pop final. La cabeza de Luke Skywalker son casi 1.000 piezas que conllevan más de nueve horas de montaje.
P- ¿El arte pop es imprescindible?
R-El pop tiene que existir y permanecer. Aquí hay un artista necesario, y que he llegado a conocer, que es Antonio de Felipe. Y ahora La Vanguardia ha destacado mi segundo libro ‘Instagramer, pero… ¿qué me estás contando?’ Y ahora presentaré en la Feria del Libro de Madrid mi tercera obra escrita, ‘Un tiktoker en Nueva York’, de unas 300 páginas.
P-¿Qué refleja en su tercer libro, ‘Un tiktoker en Nueva York’? ?
R-He hecho un recorrido por todas las secuencias de vida de los grandes artistas que han vivido en Nueva York: Rolling, Ramones, Elvis, Madonna, el bueno de Michael Jackson, John Lennon… Y reflejo cómo llegar a estos lugares con geolocalizaciones, cómo ubicarse, cómo poder disfrutar de los mismos entornos de los que gozaron estos artistas. También estuve en la Universidad de Columbia, donde estudia la florinata del país, y me tomé la foto que se hizo Federico García Lorca junto a una bola, que fue destruida por un rayo, y ahora solo queda el pasamanos.
