«Cuando Alcorcón era pueblo había más devoción por el patrón, aunque aún se le tiene mucho amor y cariño». «El cambio de horario en la celebración de la procesión provocó que se doblase el número de asistentes». «Hago un balance más que positivo de esta celebración».
Son las reflexiones de Julio Antonio Millán ‘Santi’, presidente de la Hermandad de Santo Domingo y San Dominguín (310 socios), tras finalizar las fiestas de 2023 en honor al patrón de Alcorcón, el pasado 16 de abril.
«Las fiestas han estado bien, aceptables; la gente estaba alegre, contenta. Han sido mejores que otros años», señaló, tras recordar que en 2022, el 20% de la programación se tuvo que suspender por la lluvia.
Las novedades de este año ha sido la imposición de la medalla de la Hermandad a cuatro personas llegadas de La Rioja, donde el santo tiene mucho seguimiento y devoción; el cambio de la procesión de la tarde a la mañana del domingo; y la actuación de Los Castellers de Madrid.
Foto: Sonia López
Santi, que en junio dejará el cargo («no puedo llevar tanto trajín con 80 años»), tras hacer sido 12 años vicepresidente y 12 + 4 presidente, recordó en su pregón del día 12 de abril cómo Santo Domingo llegó a ser también San Dominguín.
Foto: Natalia de Andrés
Y es que en los años 50 se celebró en Alcorcón (650 habitantes) la representación de la obra teatral ‘Viva Alcorcón, que es mi pueblo’ (luego llevada a Madrid y Barcelona) con la que se obtuvo poco dinero.
Con esas escasas pesetas, los alcorconeros se desplazaron a Madrid a comprar una imagen de Santo Domingo, que había desaparecido durante la guerra. Les mostraron una talla grande, pero costaba 300 pesetas; otra mediana, que costaba 180; sin que tuvieran suficientes fondos. Al final, se quedaron con una pequeña, por 80 pesetas. Al llegar a Alcorcón, alguien exclamó, al ver la pequeña talla, «este no es Santo Domingo, es San Dominguín».
«En el pregón, traté de recordar cómo eran las fiestas patronales en mi niñez: sencillas, pequeñas, bonitas y simpáticas», destacó este alcorconero de pura cepa, no en vano, ha descubierto que su apellido, Millán, ya esxistía en la localidad en el año 1720.
